Cuatro lectores, en cuatro lugares distintos del Planeta, cierran cuatro libros escritos en Canarias. Es en ese instante, cuando una prostituta del Puerto, un asesino a sueldo, un vampiro enamorado y un poeta maldito, atraviesan la puerta de un local de Las Canteras. Se sientan en la mesa del fondo, sin hacer ruido. Abrazando la oscuridad. Sintiéndola sobre la piel casi como un bálsamo tibio y reconfortante. Buscándose con las ganas. De sus ojos escapan sonrisas y complicidad. Ya han terminado su trabajo. Al menos por hoy. No hablan de lo interesante que son sus vidas ni de quién es mejor o más eterno. Sólo ríen y comparten. Brindan, con cerveza fría y vino tinto, otra resurrección ante una nueva mirada. Poco a poco y uno a uno, van desapareciendo. Desintegrándose entre las luces cobrizas que han impregnado el bar de incertidumbre. No hay rivalidades. No tienen prisa. Volverán a encontrarse y reencontrarse. Todos lo saben. Eso sucederá cuando cuatro lectores, en cuatro lugares distintos del Planeta, cierren nuevamente las tapas de cuatro libros escritos en Canarias.

 

Eso está pasando en Canarias. Una nueva generación de autores que se arropan, se entienden y se encuentran, conscientes de que escribir en las Islas, es escribir con el mar como frontera, pero también con el mar como camino. Sabedores de que escribir en Canarias es escribir en África, en América y en Europa, sin que para ello sea necesario pisar ningún continente. Algo está pasando en Canarias. Algo que están creando quienes nacieron aquí, quienes vinieron para quedarse y quienes sólo estuvieron de paso. Quienes se fueron y quienes regresaron. Quienes contaron sus vivencias y quienes convirtieron cualquier rincón del Archipiélago en una calle de La Habana. Definitivamente, algo está pasando en Canarias. Quizá, sólo sea otro capítulo de una historia escrita en presente. Pero, sin duda, de una historia dibujada sobre la piel de una playa húmeda. Una playa en la que el rastro de una ola, ha tatuado el destino de la prostituta, el asesino, el vampiro y el poeta.

 

Ramón Betancor.